La Chancalaera es una figura de la mitología hurdana que se describe como una mujer grande, con una fuerza sobrehumana, atractiva y muy hábil con la caza, capaz de transformarse en una anciana o en animales. Se recoge su largo pelo mediante juncos que ella misma trenza, viste con pieles de animales y lleva un cinturón de piel de gineta del cual cuelga un rabo de raposa.
Su nombre proviene de su habilidad para dar largas zancadas que le permiten cruzar ("achancal" en altoextremeño) ríos de un solo paso sin problema, lo que dificulta la huida de los que intentan escapar de ella. Le gustaba mucho sestear y dormir en las zonas donde los hurdanos trillaban mijo, con el que se hacían el pan y las tortas que tanto le gustaban.
Se la utiliza para asustar a los pequeños hurdanos diciéndoles que entra en las casas donde escucha llorar a niños para llevárselos y comérselos asados.